LAS LENTES Y LA MIRADA

“Fotografiar es colocar la cabeza, el ojo y el corazón en un mismo eje”

Henri Cartier-Bresson

 

Uno podría preguntarse cómo se vincula la fotografía con el bienestar de las personas. En esta época de selfies y de estereotipos, podemos proponer el autorretrato como una presentación más genuina, personal y que resulta de la relación del que se retrata con el mundo en el que habita. En el autorretrato, una representación en lugar de palabras, las personas construyen su identidad mediante objetos, estéticas y símbolos. Para fotografiar hay que observar lo cotidiano con otros ojos, con una mirada nueva sobre lo que ya existe. También hay referencias(1) acerca de la utilización de dispositivos de fototerapia donde la fotografía se utiliza como recurso para aliviar el sufrimiento de personas con trastornos mentales y como actividad ocupacional en internaciones psiquiátricas.

Hay mucha bibliografía que correlaciona el impacto positivo de la sonrisa en el estado de ánimo. A pesar de que se puede cuestionar lo inducido del procedimiento, y por ello antinatural y cosmético, hay  aplicaciones desarrolladas para el teléfono celular que guían a las personas para que focalicen en su rostro sonriente y en objetos importantes para sí mismos. En una investigación cualitativa (2) que busca comprender la promoción de los sentimientos positivos mediante este tipo de aplicaciones se separó a tres grupos de personas. Durante cuatro semanas debían tomarse una fotografía diaria. Al primer grupo se le solicitó tomarse una fotografía sonriendo, al segundo la elección de fotografiar algo que los hiciera felices y al tercero, fotografiar algo que hiciera feliz a otro significativo, para luego enviar la imagen. Al cabo de cuatro semanas se observó, en todos los grupos, un aumento del afecto positivo. En el primer grupo se observó cierto aburrimiento acerca de lo repetitivo de la sonrisa y la propia imagen pero hubo cambios en la percepción a la hora de observar la sonrisa. Los participantes que observaron algo que los hiciera felices se consideraron más reflexivos y más apreciativos, esto es, más conscientes de que lo que los rodea puede ser fuente de felicidad. Por último, quienes pensaron en algo que proveyera felicidad a otros fomentaron el vínculo y la conexión con esa persona significativa a través de las respuestas recibidas  a los envíos fotográficos y los recuerdos compartidos. En este último caso también se observó una reducción del estrés. Más allá de lo antianatural y  discutible de aplicaciones que nos recuerden sonreir  me parece interesante rescatar la importancia de la propia conciencia espontánea y sin despertadores de lo que observamos y cómo esta condiciona nuestro estado de ánimo.

Tomando una perspectiva histórica, es notorio como se ha modificado la accesibilidad de la fotografía a lo largo de la misma: desde los tiempos en donde se tomaba, luego de mucha preparación, la (única) foto, hasta nuestros días. También el sentido de las mismas. En un interesante artículo (3) sobre la historia de la inmigración italiana y española a la Argentina hay un análisis de las fotografías enviadas dentro de una familia separada en dos continentes donde se incluyen qué buscaban comunicar los inmigrantes al asentarse en estas nuevas tierras. Más en el presente, fotografiamos momentos relevantes de la vida de las familias, nacimientos, bautismos, comuniones, bar-mitvot, casamientos, cumpleaños…Esas fotografías, muchas veces en la historia archivadas, colaboran con nuestra identidad no sólo personal sino familiar y cultural. Se solían ver fotos y películas en familia. Con el desarrollo de la tecnología cada vez se imprime menos la imagen en papel, se guardan archivos en cajas virtuales. ¿Cómo será ese proceso de transmisión en la identidad familiar e individual sin las cajas con papel blanco y negro o inclusive color?¿Cuáles serán los nuevos acervos?¿Serán los mismos hardware en el futuro?

Angélica Dass con su proyecto “Humanae”(4), utiliza fotografías de personas a lo largo del mundo y tiñe el fondo de las mismas con el color de la nariz del sujeto fotografiado. Su objetivo es concientizar acerca del sinsentido en el que se basa la representación social de las razas y el color de piel. De este modo, la fotografía es el medio para denunciar y comprometer a la sociedad en los cambios enraizados en el lenguaje.

La fotografía focaliza en objetos, lugares y situaciones. Identifica, simboliza, muestra, denuncia, compromete, solidariza. Establece  un lazo entre el que mira y lo que es mirado. Inaugura mundos. Cuando una persona fotografía, destaca y focaliza, conecta con un valor propio y ese registro personal exhibe y promueve su mirada sobre el mundo.

Nicole Harf

  1. Martínez-Azumendi, Oscar, La fotografía como instrumento terapéutico en salud mental Revista Atopos. Salud mental, comunidad y cultura, (mayo, 2016) págs 66-83.
  2. Chen et al. Promoting Positive Affect through Smartphone Photography, Psych Well-Being (2016) 6:8 DOI 10.1186/s13612-016-0044-4
  3. Da Orden, María Liliana. “Fotografía e Identidad Familiar En La Migración Masiva a La Argentina.” Historia Social, no. 48, 2004, pp. 3–25. JSTOR, www.jstor.org/stable/40340890.
  4. La belleza del color de la piel humana, Angélica Dass, Marzo 2017 TEDxRío de la Plata, Buenos Aires, Argentina.

Vanina Goldstein es rectora de la Escuela de Fotografía profesional y creativa Andy Goldstein. Aquí, una breve entrevista con su mirada no sólo referente a la fotografía. Los invito a bucear en la página web de la Escuela donde hay galería de fotos, cursos y referencias conceptuales: https://www.andygoldstein.edu.ar/

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