TOUR MUSICAL
“El que escucha música siente que su soledad, de repente, se puebla”
Robert Browning
Para Oliver Sacks (1) la música está tan arraigada en la naturaleza humana que uno estaría tentado a considerarla como algo innato. Define a la “musicofilia” como la propensión humana o afinidad con la música, que es fundamental y central en todas las culturas. Hacer referencia al impacto de la música en la vida de las personas es complejo por la diversidad de aspectos que alcanza. De este modo y a muy grandes rasgos, la música estimula la actividad cerebral liberando dopamina, que a su vez estimula respuestas a nivel emocional. También, se encuentra muy relacionada con la motivación, especialmente con las actividades físicas y el baile. Es inimaginable un gimnasio o una fiesta sin música. También se la asocia al aprendizaje: los estudiantes aumentan su concentración utilizando música clásica así como la variación de ritmos favorece la memoria en niños. En ocasiones, especialmente en la adolescencia, las personas experimentan a los músicos y a su obra como amigos imaginarios que brindan aceptación, comodidad y respaldo. En el escenario que provee la inmediatez de las redes sociales, los club de fans son colectivos unidos por la pasión de un músico o banda, facilitando el contagio emocional. En lo que respecta a los estados de ánimo, la música se utiliza para conectarse con los mismos, mejorarlos y regularlos.
A pesar de que en esta sección pretendo centrarme en la terapéutica de la música no quiero dejar de mencionar a la musicoterapia como una disciplina que, surgida a mediados del siglo pasado post guerra, aporta un lenguaje alternativo al que permite expresar el dolor y el sufrimiento. Por ejemplo, el Síndrome de Parkinson, entendido como un trastorno del movimiento en donde, entre otros síntomas, las personas realizan actividades de manera excesivamente rápida o exageradamente lenta, retornan a los tiempos de ejecución previos a la enfermedad cuando la música está presente. Esto se explica porque las personas dan prioridad al tiempo y velocidad de la música, esto es, el ritmo de la misma, por sobre el parkinsonismo. De modo similar, los pacientes con Síndrome de Alzheimer se ven beneficiados por la musicoterapia. Este Síndrome afecta a los distintos tipos de memoria llevando, en casos extremos a una profunda amnesia. La música, en este caso, favorece el impacto emocional de la pieza que impulsa a nivel de la memoria de cogniciones, pensamientos y recuerdos que se vinculan con la identidad de la persona. Esto es posible porque en relación a los deterioros de memoria del Síndrome de Alzheimer, la percepción musical, la sensibilidad, la emoción y la memoria musicales son de los rasgos más perdurables. Apelando al ritmo musical en personas con Síndrome de Parkinson o a las emociones que la música suscita en el caso del Síndrome de Alzheimer la música es una terapéutica de enfermedades y trastornos cada vez más amplios.
A lo largo de la historia, es increíble cómo la música ha acompañado al hombre en sus vicisitudes. De este modo, la música ha teñido la espiritualidad de los hombres con el canto Gregoriano pero también ha desafiado a la Iglesia con los Trovadores. Ha sido utilizada para fomentar la propaganda bélica y ha formado parte del aliento de tropas durante la guerra generando sentido de grupo y coraje. Afortunadamente, también ha sido esgrimida como símbolo de paz de los pueblos. En las recomendaciones que siguen hay algunas referencias. Artes como la poesía la han utilizado “de fondo” y también ha sido el lenguaje protagonista y privilegiado del arte durante el Romanticismo.
La música ha formado parte de movimientos sociales que han atravesado fronteras como el blues y el jazz y también ha generado identidades nacionales comenzando por los himnos pero también generando folklore local como las famosas llamadas de Uruguay.
Actualmente, en el contexto de COVID-19 resulta emocionante observar los vínculos espontáneos en comunidades que se han dado mediante la música, las imágenes de balcones han ocurrido en muchos lugares del mundo. Personas en cuarentena o aislamiento han comunicado emociones hacia el personal de salud generando sentido de pertenencia a un colectivo. Esta capacidad de la música de ajustarse a diferentes momentos de la historia de la humanidad también es aplicable a los momentos de la vida de las personas y los diferentes estados de ánimo. ¡Poné play!
- Sacks, O. (2009) “Musicofilia: Relatos de la música y el cerebro” Barcelona, España, Ed. Anagrama.
Chen l., Zhou S., Y Bryant J.,(2007) “Temporal Changes in Mood Repair Through Music Consumption: Effects of Mood, Mood Salience, and Individual Differences”, MEDIA PSYCHOLOGY, 9, 695–713 Lawrence Erlbaum Associates, Inc.
Música y grandes festivales: Woodstock y Live aid
Música clásica:
http://www.radionacional.com.ar/nacional-clasica/
Para niños:
Maria Elena Walsh un clásico infaltable, Momusi, Al tun tun y Los musiqueros entre muchos grandes referentes.
Hace muchos años, caminando por plaza Francia en buenos aires, conocí al grupo Jivers y su swing me encantó. Están en you tube.
En el Festival de Jazz de Buenos Aires se presentan orquestas y coros muy recomendables. El año pasado escuché el Argentina Gospel Choir que me gustó mucho, sumado a la experiencia de escucharlos en la plaza frente a la Usina del Arte, una noche hermosa de verano y gratuitamente. Se pueden escuchar en Spotify y You Tube.
Durante la cuarentena @zorritovon está haciendo una buena selección de música y algunos vivos.
La página de las Naciones Unidas tiene referencias emotivas de historias personales y de encuentros, festivales y “juntadas” virtuales. https://www.un.org/es/coronavirus/articles/el-poder-de-la-musica-durante-coronavirus#:~:text=La%20m%C3%BAsica%20no%20cura%20una,alegra%20el%20alma%20%7C%20Naciones%20Unidas
Ph: Ig @chiari_diego